La demencia es un síndrome que conlleva la pérdida progresiva de memoria y capacidades cognitivas. Dado que no existe tratamiento, la prevención es primordial para contener el aumento de casos previsto por el envejecimiento de la población. Entre los estilos de vida asociados, resultados previos de nuestra cohorte mostraron una asociación inversa entre consumo de alcohol y demencia y se ha descrito en la literatura una forma de "J" para tal asociación (i.e. efecto protector del consumo moderado). Sin embargo, estudios previos pueden estar sesgados al no tener en cuenta la existencia de causas competitivas de muerte relacionadas con el consumo de alcohol y el posible sesgo de ex-bebedor ('sick-quitter bias').

Estudio prospectivo sobre N = 30,211 participantes (62,4% mujeres) de la Cohorte de Demencia EPIC-España. La edad media al reclutamiento (años 1992-1996) fue de 49.0 (± 8,0) años. Se recogió información detallada sobre el consumo de alcohol a lo largo de la vida y al reclutamiento, así como sobre hábitos y estilos de vida (dieta, tabaco, actividad física), variables sociodemográficas, antropométricas e historia clínica y reproductiva en los centros EPIC de Guipúzcoa, Navarra, Granada y Murcia. Se excluyó a los casos prevalentes de demencia, a los participantes con patrología crónica al inicio (cáncer, enfermedad cardiovascular o diabetes) y a los participantes con valores perdidos en las variables de exposición. Se utilizaron modelos de riesgos competitivos de Fine & Gray para tener en cuenta las causas competitivas de muerte prematura y se identificó a los ex-bebedores como una categoría separada de los abstemios. Se estimaron sub-hazard ratios e intervalos de confianza del 95%. Se utilizaron splines para evaluar asociaciones no lineales del consumo de alcohol (en g/día) con el riesgo de demencia y se evaluó el patrón de consumo a lo largo de la vida mediante un análisis categórico. Los resultados se estratificaron por sexo y por subtipo de demencia. Todos los análisis fueron realizados con el paquete estadístico STATA/SE v14 y se consideró un nivel de significación del 5%.

Tras un promedio de 21,9 ± 3,5 años de seguimiento, se identificaron 953 casos incidentes de demencia (69% de tipo Alzheimer). La media de consumo de alcohol a lo largo de la vida fue de 41,9 (± 36,1) y 4,4 (± 6,9), en hombres y mujeres, respectivamente, y de 28,6 (± 28,7) y 4,2 (± 8,1), en hombres y mujeres, en el reclutamiento. El porcentaje de abstemios representó el 3,5% de los hombres y el 31,8% de las mujeres. El consumo de alcohol no se asoció signficativamente con el riesgo de demencia cuando se tenían en cuenta otras causas competitivas de muerte y los posibles factores de confusión. La falta de asociación se observó en ambos sexos tanto para el promedio de ingesta de alcohol a lo largo de la vida, como al reclutamiento o al tener en cuenta el patrón histórico de consumo (intensidad y frecuencia), y en modelos lineales o no lineales. Tampoco se encontró asociación al separar el análisis por subtipo de demencia.

El consumo de alcohol no se encontró asociado con la incidencia de demencia en la Cohorte de Demencia EPIC-España, una cohorte de más de 30 mil participantes con representación geográfica del norte y el sur del país seguidos durante más de 20 años. Los resultados de nuestro estudio difieren de las conclusiones de meta-análisis previos que mostraban una asociación en “J”, tras implementar métodos de análisis de riesgos competitivos y distinguir, entre los no-bebedores, a los abstemios de los ex-bebedores. El estudio ha recibido financiación parcial de la Fundación SÉNECA (19487/PI/14).