Las residencias de personas mayores (RPM) y psico-geriátricas (RPG) han sido entornos particularmente castigados por la pandemia de COVID-19, especialmente durante la primera oleada. La magnitud de este impacto ha puesto en evidencia la necesidad de monitorizar la evolución de la mortalidad dentro de estos centros. El último informe del IMSERSO disponible ((poner fecha)) recoge una letalidad global en centros residenciales del 7,92% desde el inicio de la pandemia hasta la semana 40/2022. El porcentaje de fallecimientos confirmados con Covid‐19 en residencias respecto al total de fallecimientos confirmados con Covid‐19 en España desde el inicio de la pandemia es del 22,95%, disminuyendo al 17.36% desde el fin de la pauta de vacunación en residencias (semana 10 de 2021).

Se realizó un estudio descriptivo de la mortalidad en residencias de personas mayores y psico-geriátricas por todas las causas en una cohorte retrospectiva, entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de agosto de 2022. La población residencial se categorizó por edad, sexo, grado de dependencia, causa de fallecimiento (por o con COVID-19 o no COVID-19) si se había producido, tipo de plaza ocupada y el tamaño de la residencia. Se calculó para cada persona el tiempo de estancia (desde su ingreso hasta su baja en la plaza o fin del estudio). El periodo de estudio se divido en 4 subperiodos, delimitados por el primer caso de SARS-COV-2 en la Región de Murcia (08/03/2020), el fin de la campaña de primo-vacunación en residencias (22/03/2021) y el predominio de la variante Ómicron en la Región (27/12/2021). Para el análisis se determinó para cada día la población en riesgo, el tiempo en seguimiento y en número de exitus. Se realizó un modelo de regresión de Poisson, donde la variable dependiente era la mortalidad y la variable de interés el periodo, ajustando por grupos de edad, sexo, grado de dependencia y tamaño de la residencia. El log (tiempo de seguimiento) se introdujo como un offset.

La población residencial estudiada fue de 7.794 personas (31,67% hombres), el 96,69% de ellas con grados de dependencia II y III y una mediana de tiempo de estancia de 1008 días. Durante el periodo de estudio se contabilizaron un total de 4.479 fallecimientos (59,89% hombres). La densidad de incidencia de mortalidad fue de 19,05 por cada 100 personas-año en el periodo prepandemia; de 24,11 por cada 100 personas-año en el periodo prevacunal; de 18,68 por cada 100 personas-año en el postvacunal y de 21,55 por cada 100 personas-año en el postvacunal Ómicron. En comparación con el periodo prepandémico, las razones de densidad de incidencia fueron de 1.17 (IC al 95%: 1.12 a 1.23) para el periodo pándemico prevacunal, 0.90 (IC al 95%: 0.85 a 0.94) y de 1.04 (IC al 95%: 0.99 a 1.10).

La razón de densidades de incidencia para la mortalidad total durante el periodo pandémico previo a la vacunación fue un 17% superior a la de la época prepandémica, volviendo a nivel basal tras la vacunación